Opinión

Universidades al máximo

Si de verdad queremos avanzar hacia una Venezuela más productiva y próspera, en un contexto de justicia social y armonía con el ambiente, necesitamos que las universidades se involucren a fondo

Si de verdad queremos avanzar hacia una Venezuela más productiva y próspera, en un contexto de justicia social y armonía con el ambiente, necesitamos que las universidades se involucren a fondo. Así, la formación de pregrado y posgrado, la investigación, la innovación y la interacción social directa -o extensión- han de desarrollarse con creciente calidad y pertinencia. De lo contrario, deslastrarse del rentismo no será posible, más allá de algunos intentos gracias a un “saber hacer” y hasta un personal importados. Nuestro dominio científico, tecnológico y humanístico hace falta para lograr mejores cultivos, una industria petrolera diversificada y potente, viviendas humanas y ecológicas, una escuela de fértiles aprendizajes, la más rica creación cultural… No se trata de un practicismo de corto alcance, sino de fortalecer toda la actividad de preparación de talento humano y de generación de conocimientos, tanto aplicados como básicos, que se requieren para comprender mejor las realidades y actuar sobre ellas.

En los últimos años, se han multiplicado las universidades públicas por todo el territorio nacional: el momento es propicio para sacarles mayor provecho. Junto con el apoyo dado a proyectos que presente su profesorado, importa incorporarlas a grandes iniciativas de investigación, formación y extensión vinculadas a la planificación estatal, y que pueden relacionarse también con requerimientos de comunidades, empresas de producción social, empresas privadas, cooperativas, etcétera. ¡Hay tanto por hacer! De ese modo, las instituciones universitarias se dinamizan, su labor gana congruencia e impacto social, y pueden recibir flujos mayores de recursos para locales, dotación y bonificaciones al personal. De una investigación lograda surgen retos para próximas investigaciones, temas fructíferos para estudiantes de pregrado y posgrado, propuestas para la acción… El trabajo bien orientado y sustentado se ramifica en nuevas posibilidades. Para lograrlo, el diálogo con los diversos sectores universitarios debe estar siempre abierto y el apoyo gubernamental debe sentirse. Hoy por hoy, los sueldos de los universitarios se han quedado muy rezagados, la dotación es pobre y las infraestructuras a menudo deficientes. Urge pasar a una nueva fase.

Aurora Lacueva 

Educadora

/N.A

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