Culturales

Tulio Febres Cordero, hacedor del primer imagotipo de Bolívar

Entre 1887 y 1882 perfecciona la técnica de la foliografía (arte para reproducir o copiar las hojas de plantas en imprentas), inventa la imagotipia o grabado de dibujos con tipos de imprenta y se gradúa como abogado, para doctorarse 18 años después

Tulio Febres Cordero inventó por 1885 el imagotipo: el arte de dibujar con tipos de imprenta. La primera publicación de este ingenio criollo representó el rostro del Libertador Simón Bolívar, como una muestra del patriotismo que impregnaba las cosas modestas, cotidianas, así como las grandes obras del patriarca de las letras merideñas.

En la región occidental de Venezuela, en la Mérida que atesora la  huella de sus pasos, nació este escritor, abogado y periodista, cuya partida física acaeció el 3 de junio de 1938, hace 77 años.

Vio la vida el 31 de mayo de 1860, y sumó en 78 años de existencia invaluables aportes a la cultura y a la historia de Venezuela. Fue un camino de constancia y trabajo que emprendió a la temprana edad de 15 años, como aprendiz de tipógrafo.

 

 

En 1871 ingresó a la Universidad de Los Andes, entonces Real Universidad de San Buenaventura de Mérida de los Caballeros, para formarse en Latinidad y Filosofía. Se gradúa allí de bachiller en siete años y, a la par,  acumula destrezas en oficios como zapatería, relojería, tipografía, encuadernación, caligrafía, dibujo y pintura.

Entre 1887 y 1882 perfecciona la técnica de la foliografía (arte para reproducir o copiar las hojas de plantas en imprentas), inventa la imagotipia o grabado de dibujos con tipos de imprenta y se gradúa como abogado, para doctorarse 18 años después.

A partir de 1883 participa como socio y fundador en la edición y publicación de los periódicos Páginas Sueltas, El Comercio y El Lápiz. De este último, la primera edición circuló el 5 de junio de 1885, año en que también se publicó el primer imagotipo, que representaba el rostro del Libertador en una edición extraordinaria con motivo del 5 de julio de 1811.

 

 

Baluarte en la técnica y en el pensamiento

Febres Cordero se distinguió como pionero en el diseño gráfico y en la tipografía de Venezuela, además de la escritura, oficios que entrelazó y exaltó a lo largo de su vida.

Para Belis Araque, especialista en información y directora jubilada de la Sala Febres Cordero de la Biblioteca Nacional (BN), Don Tulio albergó una profunda preocupación por el fenómeno de la transculturización en la Venezuela de su tiempo.

"No fue sólo imprimir libros por imprimir, también fue la pasión y el arte a través de la imprenta, fue el esfuerzo por divulgar el pensamiento en una Venezuela que observaba el auge de lo extranjero en desmedro de lo criollo", comenta sobre la visión contenida en su novela Don Quijote en América.

 

 

En una carta fechada el 16 de julio de 1925 se evidencia que la oligarquía extranjera mostró su intención de censurar o suavizar la sátira sagaz expresada por Febres en las aventuras del ingenioso hidalgo en América.

"Algunas veces me entusiasmo mucho, porque en realidad dice algunas cosas que gustan al paladar de los americanos. Otras veces lo encuentro muy pesimista, especialmente cuando el doctor trata de hacer un paralelo entre la raza sajona y la latina… En fin, lo que podemos hacer es sustituir lo hostil y disfrazar un poco el libro para poderlo ofrecer", escribió un editor de Estados Unidos a un intermediario en Venezuela.

Febres Cordero nunca se molestó en responder la misiva, y mucho menos cedió línea alguna de la obra publicada en parte para honrar a Cervantes a 300 años de la primera publicación de Don Quijote de la Mancha.

 

 

La política editorial del patriarca de las letras merideñas siempre estuvo enraizada en el amor por Venezuela. Bajo esa premisa publicó Don Quijote en América, obra que, demás está decir, nunca fue publicada por editoriales de Estados Unidos.

Entre sus escritos y obras destacan: Apoteosis de Colón, Estudios sobre Etnografía Americana, Los Mitos de Los Andes, Legislación Primitiva de América, Cuestión de Límites: El derecho de Mérida a la Costa Sur del Lago, La Revolución de 1810 en la Provincia de Barinas, Tradiciones y Leyendas, Pancriollismo, Décadas de la Historia de Mérida, Cuestión Víveres: avance formidable del café; Los frutos tropicales en derrota, Historia de Los Andes: Procedencia y Lengua de los Aborígenes.

 

 

Un patrimonio de toda Venezuela

En la Sala Febres Cordero de la BN, ubicada en la avenida Independencia de la capital merideña, se atesoran más de 100.000 ejemplares de publicaciones periódicas, hojas sueltas y libros, colección conformada a partir de la biblioteca personal de Don Tulio, en la que se cuentan escritos históricos del año 1500.

El compromiso de preservar este patrimonio cultural de los venezolanos está presente en cada trabajador de la BN, institución cuya única sala fuera de Caracas se encuentra en Mérida.

Mauren Maldonado, secretaria con más de 10 años en la institución, asevera que el nombre de Tulio Febres Cordero debe impregnar en profundidad la identidad de los merideños como pueblo humanista dado al cultivo de la tierra y del espíritu.

 

 

"Esta biblioteca siempre ha trabajado para exaltar su obra con la divulgación y exposiciones, exaltarlo no sólo como escritor de las leyendas y mitos de la ciudad, sino como ese artista que se dedicó a todas las áreas del conocimiento, porque su oficio de tipógrafo así lo exigía", señala.

Febres Cordero creó la primera cátedra libre de Historia de Venezuela, que a pesar de ser dictada en el recinto de la Universidad de Los Andes, estaba abierta al pueblo en general, otro ejemplo de la praxis patriótica en lo cotidiano y en lo extraordinario de su obra.

 

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