Culturales

Sonia Sanoja iluminó la danza con su movimiento y poesía

Sus restos son velados en el Cementerio del Este, en la Capilla Monumental del Cementerio del Este

La maestra de danza contemporánea Sonia Sanoja falleció el domingo a los 84 años de edad, luego de enfrentar problemas de salud.

Nacida en Caracas el 2 de abril de 1932, Sanoja se formó en el emblemático Club de Ballet del Liceo Andrés Bello, de Caracas, y estudió con el mexicano Grishka Holguín, pionero de la danza moderna en Venezuela.

Además de la danza, la bailarina estudió filosofía en la Universidad Central de Venezuela, y cultivó un gusto por la poesía que vertió en la danza para crear tres libros que hoy son parte de su legado: Duraciones Visuales, 1963; A través de la danza 1971Bajo el signo de la danza, 1992, en los que aborda el arte del movimiento desde una mirada íntima, reflexiva e iluminadora.

Con los años, creó la Técnica Estructural de la Danza y bailó y enseñó hasta el final de su vida. Una de sus obras, Cuerdas, forma parte del repertorio de la Compañía Nacional de Danza, del catálogo de los maestros de la danza contemporánea venezolana denominado Visionarios.

Sus más de 60 obras han sido interpretadas en Europa y América Latina y se caracterizan por un lenguaje original creado a partir de su experiencia.

"Uno se deja envolver por el ritmo circular. De pronto, el cuerpo percibe un ritmo distinto que reconoce como suyo. Entonces el cuerpo hace resistencia y hace salir del continuo, de esa materia bruta de la danza, de ese fondo englobante, una densidad singular, un tiempo en relieve con quiebres con modulaciones: un tiempo tiempo. Un tiempo haciéndose visible: una danza" escribió la maestra en su libro A través de la danza.

En 1998, Sanoja fue reconocida con el Premio Nacional de Danza y año 2015, la Universidad  Nacional Experimental de las Artes (Unearte) le rindió un homenaje por su trayectoria artística.

En 2016, a sus 83 años, volvió al escenario junto a otra gran maestra de la danza, Graciela Henríquez, para bailar la obra Amor Amargo, de Leyson Ponce.

En 1981, el intelectual venezolano Juan Liscano describió la danza de Sanoja como "un hecho, una pura presencia, un acercamiento hacia el ser, en acción", destacó Liscano en el prólogo del ensayo Tiempo secreto de Sonia Sanoja, que el antropólogo e historiador Miguel Acosta Saignes escribió sobre Sanoja y que fue publicado ese año por Monte Ávila Editores. 

En este ensayo, Acosta Saignes reconoce en la danza de Sanoja algo que "quiere y necesita ir a las profundidades. Sus danzas no son para sacarnos del mundo a través de falsos escenarios. Son para sumergirnos en lo esotérico que está aquí cerca, junto, dentro mismo, obscurecido, aclarado a veces, fingido siempre, disfrazado por cuento bulle para ocultar todas las verdades".

Los restos de Sonia Sanoja son velados en el Cementerio del Este, en la Capilla Monumental del Cementerio del Este, hasta este martes.

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