Opinión

Plan Vuelta a la Patria derrumba la «crisis humanitaria»

Ya lo dijo El Quijote: "Es de gente bien nacida agradecer los beneficios que reciben, y uno de los pecados que más a Dios ofende es la ingratitud"

Como un bumerang se devolvió contra quienes inventaron la crisis humanitaria en Venezuela, el regreso por tierra desde Brasil y por aire desde Perú y Ecuador en los últimos días, de más de 2.000 migrantes venezolanos, avanzada de los miles que hoy piden ser devueltos a la patria tras constatar que fueron engañados por los cantos de sirena que le prometieron villas y castillos y recibieron persecución y xenofobia.

Los  vuelos que los trajo desde Lima y Ecuador, al que seguirán otros, pese a las trabas impuestas por esos y otros países para su retorno, a fin de mantener esa falsa imagen que presentan para promover una acción injerencista dirigida a derrocar al gobierno bolivariano, fueron enviados por el Presidente Maduro en el marco del Plan "Vuelta a la Patria".

Fue diseñado en respuesta al llamado de quienes sin saber lo que perdían,  abandonaron el país afectado por la guerra económica desatada y crisis social inducida por Estados Unidos y los Estados vasallos latinoamericanos que generaron escasez de alimentos, medicinas y desempleo llevando a miles a buscar trabajo en Argentina, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador y Perú.

Esperaban ser recibidos como es tradición del pueblo venezolano, de acoger con los brazos abiertos a todo refugiado, como a los millones que escaparon del hambre y la miseria de una Europa destruida por la guerra, y con los suramericanos que huían de la tortura y la muerte del "Plan Condor" de las dictaduras que asolaron a esas naciones, acto humanitario que esa canalla no reconoce y aprovecha para agredir a Venezuela.

Desde el Grupo de Lima y la OEA crearon una "Crisis Humanitaria" usada como excusa para hacer daño a un país donde viven 6 millones de colombianos, 400.000 peruanos, 300.000 ecuatorianos y miles de chilenos que huyeron de sus patrias escapando del odio y la ira de aquellos tiranos y verdugos.

Aquí se les brinda lo que en sus países se niega a sus compatriotas: vivienda y educación de calidad dignas y gratuitas, desde Inicial hasta universitaria; pensión de vejez digna y los beneficios socio-económicos de las misiones sociales, gesto noble que los gobernantes vasallos olvidan.

Ya lo dijo El Quijote: "Es de gente bien nacida agradecer los beneficios que reciben, y uno de los pecados que más a Dios ofende es la ingratitud".

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