Opinión
Medalla de Arria
Diego Arria, el de los autobuses Ikarus y las paradas plásticas, se lanzó a insultar a la aviación y a su comandante general. Aprovechó el accidente de un Sukhoi en el que murieron dos capitanes de la Patria. El exfuncionario del corrupto gobierno de Pérez, se jacta de haber recibido la “Cruz de la Fuerza Aérea”. Cierto, se la concedió la barragana de turno por sus “útiles servicios”. Esa tradición de condecorar “serviles” la continuó la Ibáñez. Tiempos misérrimos aquellos.