Opinión

¡Maisanta que son bastantes!

¡Y seguimos en batalla por la Patria! La frase que hoy da título a nuestras líneas, original de Pedro Pérez Delgado, nuestro bisabuelo guerrillero, la repitió hace justamente cinco años nuestro Chávez Eterno. Fue el 7 de agosto de 2011, durante una entrevista que concediera al amigo José Vicente Rangel desde la Academia Militar en Fuerte Tiuna, a pocas horas de cumplirse 40 años de su ingreso a esa escuela, a ese templo, como le gustaba llamarlo, esencial en el fortalecimiento de su conciencia, en la consolidación de su decisión de luchar y entregarse por entero a la felicidad de Venezuela.

Un estado de conciencia y compromiso que lo definió para siempre; de esa etapa de su vida, Chávez dijo “… aquí yo nací, es el Alma Máter, pero mas que el Alma Máter, máter alma, es el corpus máter, el soldado máter, el Chávez máter; aquí nació Chávez”.

Por eso, en este agosto preñado de fechas patrias, permítanme rememorar, mas bien conmemorar, algunas de las que hilan el camino de nuestras batallas por la independencia definitiva, batallas que comenzaron hace mas de 200 años.

Comienzo por el 6 de agosto, día en que entró triunfal a Caracas nuestro Padre Libertador después de su prodigiosa Campaña Admirable de 1813; día en que también recordamos la gesta heroica de Junín en 1824, última batalla comandada por Bolívar; y día en que celebramos el nacimiento de Bolivia como nación independiente.

El papel histórico, que hoy entre todos protagonizamos, es el mismo, sin duda alguna, que nos legó Bolívar y todos aquellos pueblos hechos ejércitos, como aquel que también, un 7 de agosto de 1819, diera la batalla decisiva para el éxito de la Campaña Libertadora de la Nueva Granada en el campo de Boyacá.

Somos herederos de esas gestas emancipadoras y a la altura de ellas debemos estar, consagrándonos en cuerpo y alma al logro de la verdadera independencia de Venezuela y de la Patria Grande. Porque compatriotas, debemos reiterarlo, el papel del pueblo venezolano ha sido y es determinante en el despertar y el avance de los pueblos nuestroamericanos.

En esta Época Bicentenaria, seguimos luchando, ahora contra una guerra no convencional que no hace mas que probar nuestros niveles de resistencia patriota. Los enemigos de hoy buscan estrangularnos y golpearnos por todos lados; sin embargo, nosotros continuamos encarando las tormentas y mostrando que la Revolución Bolivariana, esa que nos legó Bolívar, perdura y perdurará.

En esta etapa nuestros campos de batalla se concentran en enfrentar los planes desestabilizadores en contra del país y del gobierno del presidente Nicolás Maduro, y que se evidencian sobre todo en las acciones desde la Asamblea Nacional (AN) y desde otros sectores de derecha, que se apoyan en alianzas extranjeras con fines políticos y económicos.

Planes que, por supuesto, están acompañados de los ingredientes del boicot, sabotajes, focos de violencia y además, de una vocería soberbia que arropa las ansias de los medios de comunicación, locales, nacionales e internacionales, cómplices de esos mismos planes y que obvian con descaro cualquier principio ético del ejercicio periodístico para publicar cuantas sandeces pueden ocurrírseles a los lacayos criollos.

Son esas trasnacionales de la desinformación las que, cual atroz dictadura mediática, “tratan de satanizarnos ante el mundo, de desdibujarnos, de desfigurarnos, de invertir la verdad de lo que aquí está ocurriendo, la verdad de nuestras ideas, la verdad de nuestros verdaderos intereses, la verdad de nuestra lucha, la verdad de nuestro corazón”, como alertara en su momento el Comandante Eterno.

Ya lo he mencionado en ocasiones anteriores: la oposición apátrida no quiere en verdad diálogo ni referéndum. No, ellos continúan con fraudes y saboteos, quemando las posibles vías democráticas para ejercer una política de altura, como podría ser el referéndum revocatorio, figura electoral que Chávez propuso en Asamblea Constituyente, hace ya mas de 17 años y que se aprobó como uno de los artículos de nuestra Carta Magna.

Todos estos planes fracasarán, porque muy a pesar de todos los cercos que tratan de imponer, muy a pesar de la guerra económica que enfrentamos, hemos demostrado que somos grandes en voluntad y optimismo; en buscar vías de solución a todos los problemas que se nos presentan día a día.

Muestra de ello es que el Gobierno no se paraliza, continuamos impulsando nuestros programas sociales, cuyo ejemplo mayor son las Grandes Misiones ideadas por el comandante Chávez, que siguen rindiendo frutos concretos y tangibles; la más reciente, la Gran Misión Abastecimiento Soberano, que debe convertirse en garantía de victoria para derrotar la guerra económica.

Cuando el imperio ya no disimula para nada sus propósitos injerencistas y desestabilizadores, y cuando la oposición antipatria, tal como lo decía Chávez “ya hiede”, nosotros seguimos trabajando, sumando conciencias, sumando voluntades, empeñados en alcanzar ese punto de no retorno de la Revolución Bolivariana, defender el legado del Gigante y demostrarle al mundo que nuestra lucha es verdadera porque “….es la verdad de nuestro corazón”.

Hermanas y hermanos de toda Suramérica, a ustedes un llamado especial finalizando estas líneas, cuando en bochornoso conciliábulo la triada de los gobiernos lacayos de Argentina, Brasil y Paraguay intentan desconocer la legítima Presidencia Pro Témpore de Venezuela en el Mercosur: ¡Alerta, alerta pueblos! Toda Suramérica está bajo amenaza. La mira del imperio está puesta en el Orinoco y su faja petrolífera, en el Amazonas y su rica Cuenca y en el Paraná-Río de La Plata y su inmenso acuífero.

Pero se equivocan una vez mas: por aquí andamos las hijas y los hijos de Artigas, de San Martín, de Juana Azurduy, de Túpac Catari, de Bartolina Sisa, de Tiradentes, de Abreu e Lima, de Manuela Sáenz, de Antonio Nariño, de Antonio José de Sucre, de Francisco de Miranda, de Simón Bolívar, de Chávez… Nosotros estamos decididos a ser libres y a dejarles una Patria Grande a nuestras hijas, a nuestros hijos.

Son tiempos difíciles, son tiempos de lucha, son tiempos de definiciones, son tiempos de lealtad. No nos queda otro camino. Es nuestro eterno Bolívar el que nos sigue diciendo: “Unión, unión o la anarquía nos devorará”; “solamente la unión nos falta para completar la obra de nuestra generación”.

En esta perspectiva del tiempo histórico y su desafío, sigamos trabajando y luchando juntos, al calor del alma popular, con el combustible inigualable del amor al pueblo, del amor del pueblo, construyendo la nueva hegemonía popular, capaz de enfrentar todas las tareas y dificultades que se atraviesen en el camino. Seguiremos adelante construyendo la Patria nueva, la Patria socialista, que es la verdadera garantía de libertad, de soberanía, de independencia, de paz, de felicidad.

¡Adelante compatriotas, a galope, la Patria nos convoca!

¡Maisanta, que son bastantes!

¡Maisanta, que venceremos!

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