Efemérides

2 de noviembre: Día para recordar a todos nuestros fieles difuntos

El 2 de noviembre en Venezuela y en otros países se conmemora el Día de los Fieles Difuntos o Día de los Muertos. Numerosas personas salen desde muy temprano rumbo al cementerio, llevando flores para recordar a seres queridos que han partido hacia otros planos. También suelen solicitar una misa en su nombre, durante la cual el sacerdote lee los nombres de las personas recordadas. La oración es la actividad central, al inicio del día, durante la visita a la tumba, en el momento de la Misa o al final del día. De este modo se les recuerda, se les desea la paz y un camino luminoso.
 
En la Iglesia católica se ofrece el Oficio de Difuntos y las Misas de Réquiem, salvo las ocasiones en que el 2 de noviembre cae domingo, ya que no se pueden celebrar misas de difuntos ese día.
 
El 2 de noviembre como conmemoración lo instituyó la Iglesia católica desde el año 998 por el monje benedictino San Odilón, Francia. Su idea fue adoptada por Roma en el siglo XVI y de ahí se difundió al mundo entero.

Festividades aborígenes 

Los evangelistas hicieron coincidir esta conmemoración católica con festividades indígenas de los pueblos mesoamericanos, cuyo origen se remonta a los 1.800 antes de Cristo. La “fiesta mexicana” fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), considerándola como “una de las representaciones más relevantes del patrimonio vivo de México y del mundo, y como una de las expresiones culturales más antiguas y de mayor fuerza entre los grupos indígenas del país”.
 
Hoy se le denomina Día de Muertos. Culturas ancestrales la celebraban el noveno mes del calendario solar, cerca del inicio de agosto rindiendo tributo a la diosa Mictecacíhuatl, nombre de la “Dama de la Muerte”.
 
Los pueblos amerindios celebraban cuando un ser moría, reuniéndose y despidiéndose del fallecido, considerando que pasaban a una vida mejor, ajenos a la tradición católica y a la idea del infierno y el cielo. Los españoles conquistadores y sacerdotes católicos se aterraban por la familiaridad con la muerte que expresaban los pueblos prehispánicos, y procuraron arrimarla y asociarla al “Día de Todos los Santos” que se conmemora el día 1 de noviembre, para recordar a los numerosos mártires del cristianismo. El “Día de Todos Los Santos” y el “Día de Muertos” coinciden porque se suceden comenzando noviembre.

Purificación del espíritu 

La tradición católica procura desear que los recientes fallecidos encuentren el eterno reposo, y se alivien de todos sus pecados en la fase denominada Purgatorio. La doctrina religiosa (según The American Encyclopedia) considera que las almas de los fieles que al fallecer no han sido limpiadas de pecados, o no han hecho expiación por transgresiones del pasado, no pueden alcanzar la visión beatífica, y se les puede ayudar a alcanzarla por rezos y por el sacrificio de la misa.
 
Ciertas creencias populares relacionadas con el Día de los Difuntos son de origen pagano y de antigüedad inmemorial. Así sucede que los campesinos de muchos países católicos creen que en la noche de los Difuntos los muertos vuelven a las casas donde antes habían vivido y participan de la comida de los vivientes.

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