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Se revela la corrupción en campaña de Clinton

En octubre de 2016, el portal web WikiLeaks hizo públicos nuevos contenidos extraídos de 50 mil correos electrónicos de John Podesta,  actual jefe de campaña de la candidata demócrata Hillary Clinton y exdirector de Gabinete de la Casa Blanca en el segundo mandato de Bill Clinton.

Según el fundador del sitio, Julián Assange, las conversaciones de Podesta estarán siendo reveladas a los medios por entregas desde ahora hasta el 8 de noviembre, cuando se realicen los comicios presidenciales.

Estos últimos correos se suman a otros 20 mil publicados en julio, correspondientes al período entre el 15 de enero de 2015 y mayo de 2016 (después del lanzamiento de la candidatura de Clinton) que comprometen al Comité Demócrata Nacional (CDN), autoridad suprema del Partido Demócrata. Las filtraciones dan cuenta de gruesos pagos hechos por poderosas firmas de Wall Street  a la exprimera dama para que pronunciara discursos de campaña interactivos con representantes del mundo empresarial.

Demócratas compran silencios

Las filtraciones develan convenios con medios y periodistas dispuestos a engañar a la opinión pública y silenciar posiciones políticas de  Hillary Clinton que podrían perjudicar su candidatura a la Presidencia de Estados Unidos.

Aunque se trata de frases descontextualizadas y “cazadas” al azar, los datos son bastante comprometedores para el liderazgo demócrata y el gobierno del presidente Obama. Según el periódico digital Business Insider,  una nota del  diario digital Político denunció que en la campaña de Clinton se estaría lavando dinero, e inmediatamente el medio y los editores fueron contactados por el Comité Demócrata Nacional (CDN), máxima autoridad del Partido Demócrata.

Business asegura que el reportero especializado de Político, Kenneth Vogel, llegó a un “acuerdo” con el CDN para desmentir la versión de lavado en  la “máquina de recaudación de fondos” de Hillary Clinton.   Vogel, dice Business, envió el texto al secretario de prensa del partido,  Mark Paustenback, para que sugiriera cualquier cambio antes de entregárselo a los editores, práctica prohibida por los códigos de ética periodística que, además, encendieron las alarmas en el comando del candidato republicano  Donald Trump.

Clinton pide y gasta mucho dinero

Puntualmente, WikiLeaks está  divulgando correos sobre los discursos de Hillary Clinton patrocinados y pagados generosamente por el poderoso conglomerado empresarial de Wall Street. Una de las filtraciones fue una intervención de la candidata demócrata en 2013 ante  las firmas General Electric y el banco Goldman Sachs. Los términos empleados ante  Goldman indican que Clinton abordó el tema de las donaciones con “peligrosa franqueza”, según observadores.

“Para presentar (se) algo en nuestro país, hace falta mucho dinero, y los candidatos tienen que salir a conseguirlo”, afirmó.  En esa misma tónica, al año siguiente, en un discurso dirigido a General Electric, la aspirante demócrata hizo algunas confesiones sobre el tema.   “Mi campaña, perdí la cuenta, pero creo que recaudó 250 millones de dólares o una cantidad así de enorme (…) Es muy difícil presentarse a presidente sin recaudar una cantidad enorme de dinero”, precisó.

Deseaba una invasión secreta  en siria

Cuando los empresarios lograron que la expositora abandonara el tema estrictamente económico, quedó al descubierto su doble discurso.  Ante los empresarios del banco  Goldman en Carolina del Sur, Clinton expresó puntos de vista sobre el conflicto en Siria que no ha hecho públicos, tales como:   “Mi punto de vista era intervenir de forma encubierta cuanto fuera posible”, en una conferencia por la cual cobró 225 mil dólares.

Además, la exsecretaria de Estado confesó que hay que tener “una posición privada y otra pública”. Para justificar esta posición, argumentó que  “si todo el mundo estuviera viendo las discusiones tras bastidores y los acuerdos, entonces la gente se pone un poco nerviosa”.

“Méritos”  de guerra incomprendidos

Clinton, acusada de tener una postura a favor de la guerra, lamentó que los periodistas ignoren los “méritos” militares de Estados Unidos contra otros países. “Tienen que salir (los empresarios) y decirles a sus amigos reporteros y otras personas: “Mira lo que estamos haciendo y quiero crédito por ello”, sugirió a los ejecutivos.

En un momento de la campaña, su excontendor,  el senador  Bernie Sanders, advirtió que las contribuciones económicas de Wall Street  a Clinton y la estrecha relación de ésta con los empresarios, debilitarán su independencia para regular la economía del país en caso de llegar a la Presidencia de los Estados Unidos, lo que la candidata calificó de “infamia”. En respuesta, el senador por Vermont ripostó: “Cuando el último período de informe, su súper PAC (Comité de Acción Política, habilitado para buscar financiamiento) Clinton recibió $25 millones, y $15 de esos millones provienen de Wall Street”.

Jugosos premios a los donantes

Las filtraciones de WikiLeaks y un “hacker” identificado como Guccifer 2.0 evidencian que más de 40 embajadores y funcionarios internacionales de alta jerarquía designados por el presidente Barack Obama, una vez asumido el poder, fueron sus donantes, reveló el portal observer.com.

La lista está encabezada por Matthew Barzun, con contribuciones superiores a los $3,5 millones. Barzun  es actualmente embajador de EEUU en el Reino Unido. Los textos hackeados indican que la misma práctica se repitió cuando Clinton fue secretaria de Estado.

WikiLeaks, según Observer, monitoreó 150 reuniones de Hillary Clinton fuera de su despacho. De esos encuentros, 85 fueron con donantes que aportaron $156 millones y las otras reuniones fueron con 16 gobiernos que donaron a la Fundación Clinton 170 millones de dólares, sin incluir $1 millón  de Qatar al presidente Bill Clinton como regalo de cumpleaños, reseñó observer.com.

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