Opinión

Un golpe y veinte caminos

El martes 13 desquició a la derecha. Enero se le vino encima con extraños efectos. Más de uno creyó llegada la hora loca, esa misma que en 2002 los llevó en cambote detrás de golpistas, saboteadores petroleros y guarimberos. No se sabe si se pusieron de acuerdo, pero el concierto de declaraciones de ese día desconcertaba por su sincronía. Cada grupo lanzó una propuesta para “acabar con el régimen” y “salir de Maduro”, eso sí, ya. 

Partidos en peligro de extinción –Copei, Causa R– propusieron adelantar la elección presidencial o recortarle el mandato a Nicolás Maduro. Aunque agonizan, espumean patéticas amenazas y advertencias.

Los tres tristes tigres de la ultraderecha, sorprendidos al principio por el “enemigo interno”, reaccionaron para lanzar su manoseada hoja de ruta: la salida ya. La Conferencia Episcopal no se iba a dejar ganar la partida por sus “partidos hermanos” y se disparó un manifiesto que le sacó lágrimas a la misma Ileana Ros-Lehtinen. Puro muro de Berlín. Causa R ayer fue una tragedia cuando tuvo y rindió el poder. Hoy, una comedia sin cartelera. Copei, un caso para espiritistas, restos del puntofijismo que un 27 de febrero el pueblo exorcizó. 

Desde sus mortajas, propone una cosa rara: adelantar las parlamentarias para que la nueva Asamblea le recorte el período al Presidente y llame a elecciones. Ni aquellos ni estos dicen en qué parte de la Carta Magna están esas ocurrencias. Los de la Salida son más directos y exigen con desprecio oligárquico que Maduro debe “apartarse”. Sí, “apartarse”, como se apartaba el esclavo al paso del mantuano o el obrero de la acera del patrono.

Cada facción opositora propuso un camino distinto. Coincidieron en el día, 13 de enero, pero no por casualidad: se prepararon para hacerlo 24 horas después del fracasado paro de la víspera que, como siempre, nadie convocó. Para el próximo golpe deben buscar un día menos pavoso que el martes 13, pues este les convirtió todos los caminos propuestos en una calle ciega, o sea, sin Salida. 

P. S.: Por octubre escribí un artículo titulado “Un pillo en tu casa”. El 11 de noviembre, a las 10:30 am, llamaron a mi oficina en la AN y me dejaron este mensaje: “Dígale a Earle Herrera que puede terminar como Robert Serra”. Ni en cuenta.
earlejh@hotmail.com

 

 

 

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