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Trump destina el 82% de los fondos de ayuda por la pandemia a los grandes multimillonarios

El Senado de Estados Unidos, de mayoría republicana, aprobó en la madrugada del 26 de marzo el tercer y millonario paquete de medidas sobre la pandemia de la covid-19. La norma incluía iniciativas valoradas en unos dos billones de dólares (1,85 billones de euros), la mitad del gasto total del gobierno federal en 2019. Trump estampó su firma en el texto al día siguiente y lo convirtió en normativa: la ley CARES (care significa cuidar en inglés). Sin embargo, a quien esta ley está destinada a cuidar es a los millonarios y las grandes compañías: un informe elaborado por el senador Sheldon Whitehouse y el congresista Lloyd Doggett, ambos demócratas, alerta de que la norma permitirá una enorme elusión fiscal puesto que la rebaja de impuestos que implica beneficia fundamentalmente a las grandes empresas y personas con ingresos superiores al millón de dólares anuales.
 
El informe de Whitehouse y Doggett, el primero miembro de la comisión de Presupuestos del Senado y el segundo de la de la Cámara de Representantes, detalla que alrededor del 82% de los beneficiarios de la ley CARE serán unos 43.000 contribuyentes que ganan más de un millón de dólares anuales. Por el contrario, menos del 3% de los beneficios previstos en la norma se dirigen a los estadounidenses que ganan menos de 100.000 dólares al año.
 
El documento cifra el coste para las arcas públicas de esta medida en unos 90.000 millones de dólares –unos 83.000 millones de euros– en 2020 y de 170.000 millones –156.000 millones de euros– en los próximos diez años.
 
"Es un escándalo que los republicanos saqueen a los contribuyentes americanos en medio de una tragedia económica y humana", ha criticado Whitehouse en un comunicado.
 
"Este análisis muestra que mientras los demócratas luchaban por el seguro de desempleo y el alivio de las pequeñas empresas, la prioridad de Trump y los republicanos del Congreso fueron los recortes masivos de impuestos para los ricos", añade Whitehouse, que califica esta parte de la ley CARE como un "regalo podrido y antiamericano".
 
El truco lo introdujeron los republicanos en la página 203 de la ley, que consta de 880 páginas. Ahí se colocó una cláusula para permitir a los grandes inversionistas y a las grandes empresas utilizar las pérdidas generadas por los bienes raíces –inmuebles, edificios, parcelas, etc.– para reducir al mínimo el pago de impuestos, especialmente, aquellos relacionados con las ganancias en las inversiones en el mercado de valores.
Esta práctica fue legal hasta 2017, cuando se implantaron ciertas limitaciones. Ahora la administración Trump ha vuelto a levantar la barrera. El New York Times, de hecho, desveló cómo Donald Trump se había aprovechado de ello en el pasado.
 
Según una declaración de impuestos de 1995 publicada por el rotativo de Nueva York, Trump, dueño entre otras cosas de una cadena de hoteles las Torres Trump, habría declarado casi 916 millones de dólares en pérdidas por dicho motivo, lo que habría permitido evitar el pago de cualquier impuesto federal sobre la renta durante casi dos décadas. Con la normativa aprobada por el Senado y hecha ley por el presidente, las empresas podrán volver a hacer lo mismo.
 
Y aún más. Grupos y organizaciones progresistas, como la Americans for Tax Fairness (Americanos por la Justicia Fiscal), han argumentado que podría estar justificado hasta cierto punto que el Estado permita a las empresas que arrastren ciertas pérdidas generadas en 2020 para proporcionarles a más liquidez, pero lo que no tiene sentido, argumentan, es permitir, como hace la ley CARE, el arrastre de las pérdidas generadas en 2019 y 2018, antes de que la pandemia de coronavirus asolara la economía de los Estados Unidos y años en los que la economía del país estaba boyante.
 
"Las generosas devoluciones recompensan a las empresas que tuvieron un mal desempeño en los años buenos", ha criticado el director de Americans for Tax Fairness, Frank Clemente, en un comunicado.
 
"Es absurdo que en un momento en el que el desempleo se está disparando y la economía mundial se está precipitando hacia una recesión como no se ha visto desde la Gran Depresión, los republicanos inserten en una ley de emergencia para la pandemia exenciones fiscales que beneficien abrumadoramente a los millonarios", denuncia Clemente.
 
Según el director de esta organización, los grandes beneficiados por esta medida "son los propietarios de empresas inmobiliarias, entre las que posiblemente se encuentre la Organización Trump, fondos buitre y fondos de inversión".
 
Una de las contradicciones de la medida es que los inversionistas de bienes raíces pueden declarar pérdidas por la reducción del valor de sus propiedades para disfrutar de grandes exenciones fiscales incluso aunque tengan beneficios en efectivo, a pesar de dichas pérdidas.
 
Con todo, los republicanos defienden que la medida permitirá ganar liquidez a las empresas y mantener así el empleo. "La ley CARES ayudará a las compañías a mantener a los empleados en nómina tanto como sea posible para superar esta crisis", ha asegurado al medio The Hill un portavoz del presidente del Comité de Finanzas del Senado, el republicano Chuck Grassley.
 
Sin embargo, la noche del 25 al 26 de marzo, en las deliberaciones en el Senado sobre la ley CARE, Bernie Sanders ya advirtió: "Esta cámara de mayoría republicana va a aprobar un paquete de dos billones de dólares para los multimillonarios y las grandes corporaciones y apenas fondos para los pobres y la clase trabajadora porque parece que los pobres no tienen que comer ni que ir al médico… ¡ni siquiera se sube el salario mínimo, que debería ser al menos de 15 dólares la hora y que lleva sin subirse diez años!", criticó el senador por Vermont.

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