Opinión

Silla y destino

Nos cuenta el expresidente Samper que visitó Miraflores en tiempos de Caldera II. El entonces presidente de Venezuela le comentó: “Mire, Samper, acabo de poner en libertad a Hugo Chávez, ¿sabe por qué?”. Caldera hace una pausa y, con la mano en la silla presidencial, él mismo se responde: “¡Para que nunca se siente en esta silla!”. El destino barajaba otras cartas. Pocos años después, Caldera tenía frente a él a Chávez, quien proclamaba: “Juro ante a esta Constitución moribunda”.

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