Opinión

Los primeros sindicatos

En efecto, como era lógico que ocurriera, las protestas obreras comenzaron en la incipiente industria petrolera

A propósito del próximo 1° de mayo: En el siglo XIX hubo un importante esfuerzo por organizar a los trabajadores. Ocurrió en 1896, cuando desde el “Centro Popular”, de “intelectuales y políticos marginados”, decidieron organizar un congreso obrero que sirviera de base a un partido popular. Se instaló el 28 de octubre, estuvo deliberando varios días y se clausuró el 2 de diciembre. 

El Dr. Alberto González fue electo presidente, y el discurso de clausura lo pronunció Jesús Montero Medina, quien formula varias preguntas, la primera: “¿Por qué razón un número relativamente escaso de hombres ha de disponer de la hacienda pública y de los destinos a su arbitrio, hollando los sagrados derechos de la mayoría?”, y en ese tono fueron las otras y todo su discurso, donde estimuló la creación del Partido Popular, el cual se fundó el 9 de diciembre. Sería el primer partido en Venezuela con una base de militantes trabajadores. 

Pese a tan valioso antecedente, ni el periodismo, ni el sindicalismo ni las universidades han profundizado en el estudio de los orígenes del movimiento obrero en Venezuela, que tuvo importantes expresiones durante el gomecismo, aunque cueste creerlo a quienes conocen lo que fue esa dictadura. La escasa información que existe la resumen Jesús Prieto Soto en su libro Luchas obreras por nuestro petróleo; P.B. Pérez Salinas en Tras las huellas del Sindicalismo en Venezuela; una Historia del Movimiento Obrero Venezolano, en fascículos interrumpidos, y Los orígenes de la clase obrera en Venezuela, de Thaís Prieto, Eloy Gil y Daniel Borges, de LUZ, Maracaibo, que desconozco.

En efecto, como era lógico que ocurriera, las protestas obreras comenzaron en la incipiente industria petrolera:

El trato despótico, arbitrario, grosero, insolente, humillante y despersonificador -cuenta Prieto-, puesto en práctica por los jefes extranjeros, hace que explosivamente en junio de !925, el modesto fogonero Augusto Malavé, en Mene Grande, arengue a sus hermanos de clase y logre por primera vez henchir de justicia aquellos pechos amarillos por el paludismo, al abdomen abultado de parásitos y las piernas casi paralíticas por los destrozos de la gonorrea. Y así se gestó el primer movimiento huelguístico de Venezuela”. La acción fue un éxito, de cinco bolívares diarios les aumentaron a siete, pero de Malavé nunca más se supo nada; se dijo que había sido secuestrado y desaparecido por sicarios de las petroleras. Es posible. 

Hubo que esperar varios años para ver el renacer de las organizaciones de trabajadores. En efecto, en 1931 se fundó la Asociación de Linotipistas de Venezuela, desaparecida hace unos 20 años cuando esa actividad dejó de existir, aunque posiblemente subsisten algunos linotipos en viejos talleres. En ese mismo año se organiza el gremio de Tranviarios de Caracas, con muy pocos miembros; ¿cuántos tranvías rodaban en esa ciudad? Un español, José Tostón, agrupó a un buen número de zapateros; tenían un periodiquito y hasta coraje para organizar una huelga contra la Casa Boccardi, pero al poco tiempo se dividió no obstante ese primer triunfo. Y utilizando el telégrafo, su instrumento de trabajo, sus operarios organizaron un paro, pero esta vez la dictadura no toleró ese intento de huelga e hizo preso a sus líderes en La Rotunda, tenebrosa cárcel de Caracas, y en el Castillo de Puerto Cabello. Entre ellos estuvo el periodista Luis Evaristo Ramírez.

En esa década se desarrolla la huelga petrolera del 36, que paralizó toda la industria, movió la solidaridad nacional y dio origen a un congreso de trabajadores y a una CTV, que no se hizo operativa.

Muchas décadas han pasado desde entonces, pero el movimiento sindical nunca ha estado tan débil y dividido como ahora.

 

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