Opinión

El nuevo racismo

Hoy Europa nos muestra la cara del nuevo racismo con la persecución a los inmigrantes. Jamás pensaron que hombres, mujeres y niños africanos iban a aparecer mucho tiempo después en balsas y naves riesgosas como reclamando derechos originales de pueblos y regiones que ellos ocuparon y colonizaron

Hoy Europa nos muestra la cara del nuevo racismo con la persecución a los inmigrantes. Jamás pensaron que hombres, mujeres y niños africanos iban a aparecer mucho tiempo después en balsas y naves riesgosas como reclamando derechos originales de pueblos y regiones que ellos ocuparon y colonizaron. La unión europea acaba de darle la solución militarizada a los migrantes, a los que, desesperados por el hambre y las guerras impuestas en sus territorios por las potencias del Norte, pretenden llegar a Europa con ansias de vivir.

Aquellos derechos que fueron proclamados como iguales y universales, entre ellos el de migración, solo existieron y solo se dieron para justificar y legitimar la colonización y la guerra de conquista de nuevos territorios situados en la otra mitad del planeta. Es la larga historia de los pueblos del Sur, saqueados por los ricos países desarrollados del Norte. Por supuesto, en la época de ocupación colonial era inimaginable que los pueblos conquistados y sometidos al coloniaje migraran a Europa. Esa es la razón por la cual esos derechos aparecieron como si fueran iguales, recíprocos y universales. Pero hoy eso no es verdad. Por ejemplo, en el caso de América fue una gran mentira y solo existió el ius migrandi de ellos hacia los países del Nuevo Mundo y el ius belli para impedir ahora los flujos migratorios hacia ellos.

En la definición del racismo ya no solo se habla de la distinción o exclusión por motivos de raza sino que ahora el racismo se extiende a grupos, como los indigentes, denominado racismo moderno, y otro tipo de racismo que lo justifican en la inseguridad pero que tiene su clave en la discriminación de la inmigración. Igual sucede con la supuesta igualdad de todos ante la ley y ciertas conductas hacia la gente necesitada en su apremio de tener una ayuda que los salve de la indigencia. Por ello se ha dicho que la presión de los excluidos llega a un punto que se vuelve irresistible. Nunca se imaginaron los centros de poder europeos la terrible paradoja que los abruma y les recuerda su “legitimación” de la ocupación colonial, cruel y expansiva, cuando ahora se ven sitiados por esas poblaciones hambrientas o que huyen de los desastres de las guerras y arremeten desesperadas tocando las puertas de la mismísima y arrogante Europa.

Abogado

/N.A

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