Culturales

El libro digital trae un cambio de formato y de soporte

La Biblioteca Ayacucho es la primera biblioteca digital dentro de la política editorial pública venezolana. Su coordinador multimedia, Jesús León, quien fue organizador de lo que se denominó el Primer Salón del Libro Digital en la Feria Internacional del Libro (Filven) en 2012, declaró a Alba Ciudad sobre el esfuerzo que ha hecho esta biblioteca por promover la lectura del libro digital y sobre el papel fundamental que juega en la preservación de los libros impresos.

El primer número de esta biblioteca fue “Doctrina del Libertador”, representando un acto revolucionario: el que una colección de literatura latinoamericana abriera justamente con un tema tan político constituía en sí una declaración de intenciones. León considera que, así como fue revolucionario ese acto, también piensa que la creación de la Biblioteca Ayachucho fue justamente algo revolucionario. Querían cambiar la idea que se tenía de esta biblioteca: formada por “unos tomos grandes e intimidantes”.

Uno de los objetivos para los que se creó esta biblioteca es el acercarse a todas la personas que necesitaran de esos libros, destacando que al principio fue creada por casualidad, ya que la digitalización de la biblioteca no se hizo específicamente para salir vía web y descargarla, sino que tenía una intención de conservar todos esos títulos publicados por otros medios mecánicos (linotipo, fotolito y los tradicionales).

Mientras se realizaba esa transformación, se masificó el acceso al internet, una gran masa de nuevos lectores tenían acceso a esta nueva plataforma, y el libro digital se perfilaba como una necesidad para esa comunidad digital. “Lo que hicimos fue un paso natural y lógico de lo que estábamos haciendo, primero con los ‘libros nativos digitales’: los libros que se enviaban a imprenta en un archivo digital, que se concebían digitalmente desde un principio. Y, por otro lado, esos libros que se digitalizaron, que eran totalmente analógicos y que logramos digitalizarlos. Entonces, encontraron su casa en lo que es la Biblioteca Ayacucho digital”, reseñó.

De la conservación a la difusión

Así nace la idea de crear el primer salón digital. Ésto surge tras varias ferias internacionales sobre el libro digital. Producto de estas visitas se le ocurre al grupo del momento proponer un salón del libro digital donde, en una serie de exposiciones, las personas tuvieran acceso a ese mundo que se abría.

León resaltó que este salón de libro digital fue Sui Generis porque la mitad del salón no era digital. Decidieron hacerlo así para decir que el libro en físico no es el único libro; desde aquella tableta de los sumerios en arcilla, pasando por lo quipus y todas las formas de escrituras de nuestros antepasados.

Señaló que el libro digital viene a ser un cambio de formato y de soporte, “ya no es un libro en papel sino un libro de bits, en ceros y unos que tienen ciertas ventajas y ciertas desventajas, como todos los otros libros”. De igual forma, cree que esta experiencia fue muy positiva porque la gente se acercó para ver las alternativas que habían en ese momento. Desde la Biblioteca Ayacucho digital hasta diferentes documentales sobre los derechos del autor en los libros digitales, temas sobre Francisco de Miranda y su biblioteca, conocida como La Colombeia.

“Tratamos de dar todo ese abanico de opciones que se estaba haciendo y que se hizo, porque había un quipu, unos codices mayas, había diferentes tipos de libros. Entonces, es tratar de mostrar ese crisol de formatos que pudiera haber dejando la puerta abierta para el formato futuro, porque nunca sabremos cuál será la expresión siguiente del libro”, aseguró.

Próximos proyectos

En materia de libro digital, la Biblioteca Ayacucho se ha dado cuenta que su biblioteca clásica es la Borgiana. Ésta ha sido virtualmente infinita porque de ahí se pueden extraer muchas compilaciones y lecturas transversales que recorren diferentes volúmenes.

León asegura que siempre van a tener la iniciativa de ir aumentando la Biblioteca Ayacucho digital. Actualmente se encuentran haciéndolo subiendo un volumen nuevo cada 15 días. Tienen libros que no están dentro de las colecciones impresas y libros pensados específicamente para web, que complementan la misión fundamental de la Biblioteca Ayacucho, que es la de preservar el pensamiento latinoamericano.

Asimismo, relató que desarrollaron una aplicación para ser leída en consolas de videojuegos (Nintendo DS). Aseguró que fue positiva, porque justamente fueron experimentando en los nuevos formatos. Con lo que más tienen cuidado en la biblioteca es con el derecho de autor: se encuentran tratando de resolver eso, revisando cada uno de los contratos. Eventualmente irán sacando cada uno de los títulos que hasta ahora no estaban.

Ventajas de los libros digitales

La web semántica hace referencia a la indexación de los contenidos, porque están en un mar de información que no está ordenada, por lo que León asegura que es fundamental para poder conocer y tener control de lo que se lee.

Lo fundamental es que el siguiente paso sea la indexación: tomar todos lo términos claves para los contenidos y la metadata de cada libro para poder ubicarlos más fácilmente. Poder relacionarla con otros tipos de contenidos, para cuando se busque alguna información no sólo salgan los libros, sino también las entradas de blog y todo lo relacionado.

Entre las ventajas que destaca León de los libros digitales, menciona que se pueden llevar consigo a todos lados. A medida que mejoren todas las condiciones, ni siquiera van a tener que llevarlo sino que van a quedar en “la nubes”, es decir, en repositorios en Internet de fácil acceso. “Por ejemplo, la Biblioteca Ayacucho: yo no me preocupo por guardar estos libros en todos lados, porque sé que cuando lo necesite me conecto y lo puedo descargar nuevamente”.

Otra de las ventajas que señala es que pueden tener una mayor cantidad de libros en un espacio muy reducido y que se puede prestar sin miedo de que no te lo devuelvan. Además, en su mayoría son gratis.

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