Salud

Dormir mucho puede ser causante de una muerte prematura

Se sabe que dormir bien es vital para la salud: ocho horas de sueño regular, continuado y profundo son la medida exacta. Se sabe también que dormir poco afecta la regulación metabólica, aumenta la ansiedad, causa accidentes automovilísticos, reduce la energía física y la capacidad cognitiva, entre otros problemas. No se sabía, hasta este que lo reveló este nuevo estudio de las universidades de Keele, Manchester, East Anglia y Leeds, que dormir mucho también es malo: aumenta el riesgo de problemas cardíacos y de muerte prematura.

Los investigadores analizaron los datos de 74 estudios, que cubren un total de 3 millones de participantes, y hallaron que aquellas personas que duermen 10 horas diarias tenían una riesgo 30% más alto de morir de manera temprana en comparación con las que duermen bien.

“Comenzamos este estudio porque estábamos interesados en saber si era más dañino dormir menos o más que la duración recomendada del sueño, entre siete y ocho horas”, dijo el autor principal del trabajo publicado en la revista de la Asociación Cardiológica de los Estados Unidos (AHA), Chun Shing Kwok, al sitio de la Universidad de Keele.

“También de qué manera desviarse de las recomendaciones sobre la duración del sueño alteraban el riesgo de mortalidad y problemas cardiovasculares”, agregó el profesor del Instituto de Ciencia y Tecnología Médicas de la institución. “La mayor duración del sueño puede estar más asociada con resultados adversos en comparación con las duraciones más cortas de sueño”, agregó.

En consecuencia, recomendó que se considere que dormir demasiado puede ser una señal o un síntoma de un problema cardíaco no diagnosticado, o del agravamiento de un problema ya conocido. Los patrones anormales de sueño podrían ser “un marcador de riesgo cardiovascular elevado”, agregó Kwok. “Hay que prestarles más atención a la duración y la calidad del sueño en las consultas de los pacientes”.

El sueño es un factor universal en la salud, pero establecer la cantidad y la calidad adecuada resulta complejo. “Hay influencias culturales, sociales, psicológicas, patológicas y ambientales”, señaló Kwok, “como la necesidad de cuidar de los hijos u otros miembros de la familia, horarios de trabajo irregulares, enfermedades físicas o mentales y las disponibilidad 24/7 de la sociedad moderna”.

No obstante, cuando observen patrones de sueño de más de ocho horas en un paciente, los clínicos deberían considerar exámenes para detectar “factores adversos de riesgo cardiovascular y apnea obstructiva, que es un trastorno del sueño que sucede cuando la respiración de una persona se interrumpe mientras duerme”, observó el experto.

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