Opinión

Constituyente opositora

Es deber ilimitado de las gavillas garantizar la santa supremacía. Para ello toda gavilla tendrá derecho y deber de ejercer todo tipo de violencia y terror a su solo e inapelable juicio

La oposición tiene ya su constituyente. Sin asamblea. Deducimos objetivamente sus ideales de su actuación callejera, de #LaEscalada y del estado de cosas en Libia. He aquí los principios que infiero y que podrían ser el núcleo de una Constitución Opositora callada pero obvia: Se suprime y execra la soberanía popular en favor de la supremacía de un sifrinaje despótico. La supremacía reside en una Gavilla Central respaldada por el gobierno de los Estados Unidos de América.

La supremacía es santa y absoluta. Se elimina la Fuerza Armada Nacional y se sustituye por gavillas de tamaño, movilidad y flexibilidad indefinidos. El Comando Central de estas gavillas estará a cargo del patiquinado que tenga apoyo del gobierno de los Estados Unidos de América, directamente o a través de sus organismos y agentes subalternos como Fulanito Almagro y la OEA.

Es deber ilimitado de las gavillas garantizar la santa supremacía. Para ello toda gavilla tendrá derecho y deber de ejercer todo tipo de violencia y terror a su solo e inapelable juicio. La gavilla ejercerá simultáneamente funciones legislativas, judiciales y ejecutivas. Nadie podrá imponer límites a la acción de la gavilla. Quien lo intentare será acusado del bochornoso delito de «parecer chavista», es decir, de alta traición, y se quemará públicamente según el juicio único e inapelable de la gavilla que lo capturare en flagrancia.

Parágrafo único: Solo podrá imponer límites a una gavilla otra gavilla más violenta.
Se derogan todos los poderes públicos en favor de la Gavilla Central privada ejercida por quienes designare el gobierno de los Estados Unidos de América. La Gavilla Central tendrá todos los derechos y ningún deber. Solo responderá ante el gobierno de los Estados Unidos de América.

Un dechado de supremacía fue el Decreto de Unificación del caudillo Francisco Franco en 1937, quien era “responsable solo ante Dios y ante la historia”. Otro modelo es el Acta de Carmona del 12 de abril de 2002. Cualquier duda consultarla con Alan Randolph Brewer Carías, que sabe de eso. En fin, me detengo aquí para tomarme cuatro cucharadas de Primperán y oír el Allegretto de la Séptima Sinfonía de Beethoven para coger mínimo. ¿Ves por qué la oposición no quiere la Constituyente popular?
@RHM1947

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