Opinión

Billetes

¡Por la plata baila el perro! Los tenemos bailando en un tusero. Ya sacaron los billetes viejos con números nuevos. Y el presidente del Banco, Nelson-Billete-Merentes tenía una temblequera en cadena nacional cuando decía lo que no se entendía. Estaba igualito a Pedro-Billete 2- Tinoco cuando le tocó firmar aquellos billetes de uno y de dos bolívares, que llamaron los tinoquitos, y que le daba una pena del carajo firmar aquella vaina.

El viernes pasado los volvimos locos con el ataque cibernético. La gente salió a buscar billetes por todas partes y no encontraban, y tampoco podían pagar con sus tarjetas porque el punto de venta lo teníamos controlado nosotros, y allí se formó la Dios es Cristo. No se encuentra dinero efectivo ni para un remedio. Y nosotros gozando una bola y parte de otra viendo a la gente sufrir en esta vida. Aquello daba gusto darse una vueltita por los centros comerciales y ver a la gente intentando pagar en los puntos de venta y nada que pasaba la tarjeta, y uno pasaba gritando “Viva Maduro”, y la gente te veía con aquella arrechera que por poco lo matan a uno. El asesor que tenemos en estas vainas debe estarse metiendo un billete gordo, es decir, muchos de esos billetes viejos con números nuevos.

Y mientras tanto, los compañeros no asistieron a la reunión de la mesa de diálogo, porque no vale la pena decir nada ahora que los tenemos colgando del hilo constitucional que está a punto de esguañingarse. También mandamos para Roma a las viajeras del año 2016, las señoras de nuestros presos, para que se vistieran de luto activo y se encadenaran entre ellas mismas para meterle miedo al Papa Francisco, para ver si declara el diálogo a favor nuestro. También atacamos duro la presencia de Venezuela en Mercosur con los compañeros de Paraguay, Brasil y Argentina, y el que está a punto de venderse al imperialismo venezolano es Tabarato, en Uruguay. Y, para seguir jodiendo, tenemos bajo la manga la carta del Esequibo, allí está el compañero David-Simpático-Granger esperando para tomar más territorio y volverlos locos bajitos.

El papá de Margot estaba contando los billetes de cien que tenía y dijo: “Carajo, con esto no llego a ninguna parte”. Y prendió la televisión y allí estaba Billete-Merentes con su temblequera intentando explicar las características del nuevo cono monetario. Y a medida que el papá de Margot escuchaba, se iba acercando a la pantalla del televisor, hasta que no aguantó más y gritó: “No me eches más cartas”. Y apagó el televisor y se fue al cuarto y le metió un coñazo a la puerta tan duro que un vecino gritó: “Dale más duro al cono monetario, desgraciao”.

-No tengo dinero, ni nada que dar. -Me canta Margot

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