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Alfred McCoy y su nuevo libro sobre Filipinas como laboratorio de torturas de EEUU

El controvertido escritor saca a la luz la relación de 100 años entre Estados Unidos y las Filipinas, primero como colonia y luego como laboratorio para probar técnicas de contra insurgencia en los últimos 60 años. También da detalles sobre quién fue Robert Mc Namara, el fallecido ex secretario de defensa norteamericano.

Alfred Mc Coy sacudió el mundo hace unos años con su libro: “La Política de la Heroína en el Sudeste Asiático,” revelando los nexos del opio convertido en heroína en Indochina, y elevó el calor de la discusión poco después con una edición ampliada que incluía el narcotráfico en Afganistán y Colombia.

Al revelarse los abusos de prisioneros en las cárceles de Abu Ghraib y otros centros de detención controlados por Estados Unidos, Mc Coy publicó algo adecuado al tema del día: “Una Cuestión de Tortura; interrogación de la CIA desde la Guerra Fría hasta la Guerra contra el Terror.”

Esta semana, el escritor entregó las páginas de “Policing America’s Empire,” el cual será publicado en octubre del 2009.

Éste último es un examen de la relación de 100 años entre Estados Unidos y las Filipinas, primero como colonia y luego como laboratorio para probar técnicas de contra insurgencia en los últimos 60 años.

Fernando Velázquez, periodista y director del Proyecto “Informativo Pacífica”, de Radio Pacífica en Los Angeles, mantuvo una converzación con Mc Coy quien le adelantó parte de los resultados de la investigación que fue plasmada en su nuevo libro. Más adelante también le consultó sobre Robert Mc Namara, ex secretario de defensa norteamericano, fallecido recientemente.

Filipinas, el laboratorio militar

Alfred Mc Coy habla de su nuevo libro sobre Filipinas, un país convertido en laboratorio de técnicas de contra insurgencia y experimentación militar.

Explica que en el siglo XIX, Estados Unidos encontró formas de acumular grandes cantidades de información las cuales tenían aplicaciones militares que no se podían poner en práctica en la Unión Americana debido a restricciones legales.

En los primeros años de ocupación en las Filipinas, Washington enfrentó una feroz resistencia.

Haciendo uso de su habilidad para acumular información, Estados Unidos logró construir la fuerza policial más efectiva en todo su territorio, fuerza que llevo’ a la derrota del movimiento revolucionario y que logró convertir la resistencia en colaboración.

Las técnicas van a casa de sus inventores

Durante la movilización y preparativos para la Primera Guerra Mundial, los veteranos de guerras coloniales estadounidenses regresaron a casa donde participaron en el diseño de la primera estructura de seguridad interna.

Uno de esos veteranos se convirtió en el padre de la inteligencia militar; y el ex jefe de policía en Filipinas se volvió el padre y fundador de la policía militar norteamericana.

Las formas de espionaje adquiridas en las islas del pacífico fueron aplicadas por el próximo medio siglo en forma tal que grupos civiles, policiales y militares se convirtieron en un arma efectiva para espiar a la población.

Ejemplos de la aplicación de esa estructura de espionaje y control se pueden ver en las redadas de los “Red Squads” después de la Primera Guerra Mundial, el encierro de japoneses americanos en campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, y la cacería de brujas contra supuestos comunistas en la época de Mc Carthy, durante la Guerra Fría.

Y una vez más, las técnicas de reconocimiento biométrico y espionaje electrónico usadas contra la resistencia en Irak, están encontrando un camino con destino a la Unión Americana.

En los últimos 60 años Filipinas ha sido un importante laboratorio en el que se ponen a prueba técnicas diseñadas a enfrentar retos al poder estadounidense.

El los años 60 estaba el problema de las guerrillas y el primer programa de contra insurgencia de la CIA y el Pentágono fue desarrollado en Filipinas, técnicas que después fueron aplicadas en el resto del llamado Tercer Mundo.

Y cuando aparecieron movimientos estudiantiles en ciudades de todo el globo, Estados Unidos experimentó con técnicas antidisturbios contra estudiantes en el centro de Manila.

Luego, en los años 80, después de la derrota desmoralizadora sufrida en Vietnam, Estados Unidos desarrolló en Filipinas una técnica avanzada de contra insurgencia llamada “Conflicto de Baja Intensidad,” la cual fue usada después en el resto del mundo.

Desde Septiembre del 2001, las fuerzas especiales de Washington han estado desarrollando una técnica llamada “Guerra Ubicada en Centros de Población,” en la que se combinan la sociedad civil, fuerzas de Estados Unidos y efectivos extranjeros.

Esta técnica es ahora introducida por el General Makristal y el Presidente Barack Obama en Afganistán.

La misma suerte de los Afganos y los Filipinos les espera a los estadounidenses, en la medida en que se reduce la democracia en el extranjero y se contraen las libertades civiles en la Unión Americana, dice Mc Coy.

El control de la mente y la tortura

Explica el autor que durante la Guerra Fría, Estados Unidos llegó a la conclusión que los soviéticos a través del Instituto Pavlov, habían logrado derribar la barrera de la conciencia y que conocían técnicas de control de la mente.

Subraya que en su afán de lograr derribar la barrera de la conciencia, la CIA gastaba un promedio de mil millones de dolares al año, usando choques eléctricos, mescalina, hipnosis y LSD, y que descubrieron que ninguno de esos mecanismos funcionaba.

Nadie, dice Mc Coy, pudo borrar todos los pensamientos de alguien y programarle para obedecer órdenes al estilo “Candidato de Manchuria” ( una referencia a la película de propaganda anti comunista en la que aparece Frank Sinatra).

Las universidades, el dinero y la tortura

Estados Unidos descubrió técnicas mundanas de comportamiento patrocinadas por la CIA y desarrolladas por el científico Donald Hebb de la Universidad de Mc Gill, de Canadá, las cuales eran efectivas para interrogar prisioneros.

En los experimentos de Hebb, los sujetos fueron puestos en cómodos cubículos, las manos con guantes y ojos y oídos tapados. En 48 horas, éstos experimentaban alucinaciones y después venía el desplome total de los nervios.

Esa técnica se convirtió en la base para la tortura de la CIA conocida como “Privación Sensorial,” usada hasta fechas recientes en Guantánamo, Abu-Ghraib y otras prisiones.

Otra técnica favorita de la Central de Inteligencia es conocida como “Posición de Estresamiento,” desarrollada por dos neurólogos del Centro Médico de la Universidad de Cornell bajo contrato de la CIA.

Nazis alemanes en Estados Unidos

Alfred Mc Coy señala que el gobierno de Estados Unidos fue uno de los más vocales críticos de los Nazis en los Tribunales de Nuremberg.

Sin embargo, poco después de haber criticado los abusos perpetrados por científicos en el Campo de Concentración en Alemania, Washington contrató a varios doctores involucrados en los mismos abusos, algunos de ellos conocidos criminales de guerra.

Esos doctores Nazis desarrollaron la "Unidad de Investigación de Aviación" en Randolph Field en Texas.

Los norteamericanos también se mostraron horrorizados ante la experimentación con humanos en la Alemania Nazi, sin embargo en los años 50, cientos de miles de estadounidenses fueron utilizados en pruebas de armas nucleares, químicas y biológicas, lo mismo que experimentaron mescalina y LSD.

El escándalo producido por los abusos llevó a la creación de códigos de conducta que ahora se usan en hospitales a través de la nación.

En los últimos cinco años, especialmente después del escándalo de Abu Gharib, se ha generado un debate interno en la "Asociación de Psicólogos Americana," algunos de ellos han participado en sesiones de tortura para interrogación de prisioneros.

Contrario a lo que hicieron los miembros de la "Asociación Nacional de Psiquiatras," los psicólogos todavía debaten sobre su participación con los militares en técnicas de “interrogación.”

Mc Coy explica la intensidad del debate de psicólogos que buscan un código de ética mientras sirven a un imperio, con una cita de Mark Twain: “Tu’ no puedes tener un imperio afuera, y democracia en tu casa.”

Quien fue Robert Mc Namara

En éstos días, los medios corporativos anunciaron la muerte de Robert Mc Namara, ex secretario de defensa norteamericano. Radio Pacífica llamó al escritor Alfred Mc Coy para que diera su opinión sobre el hombre que acaba de partir.

Robert Mc Namara, dice Mc Coy, fue un ejemplar conocedor de estadísticas que sirvió a los intereses norteamericanos diseñando los bombardeos en Alemania, Japón e Indochina; estuvo detrás de la fracasada invasión de Playa Girón en Cuba y de la tristemente célebre invasión estadounidense a República Dominicana, eso supuestamente porque según Mc Namara, Fidel Castro estaba metido en los asuntos de Santo Domingo.

En todas las instancias, los efectos de las acciones militares surtieron un efecto contrario al deseado por Washington, dice Mc Coy.

En los bombardeos a Vietnam, en donde tres millones de personas murieron, los vietnamitas redoblaron sus esfuerzos para luchar hasta el fin, Europa se distanció de Washington y se evaporó el apoyo internacional para la guerra en Indochina.

En su desesperación, Mc Namara anunció la creación de una gigantesca cerca electrónica en la zona desmilitarizada entre el norte y sur de Vietnam, la cual probó ser otro fracaso.

Luego construyó el primer campo de batalla electrónico en el sur de Laos donde poco después se arrojaron sobre el área más de dos millones de bombas, se trató del bombardeo mas grande en la historia de la humanidad. Y no funciono, dice Mc coy.

Mc Namara en el Banco Mundial

Más tarde, Mc Namara dejó su puesto como Secretario de Defensa para hacerse cargo del Banco Mundial, donde en el nombre de la guerra contra la pobreza en el Tercer Mundo, insistió’ en la construcción de presas hidroeléctricas.

De nuevo, Mc Namara no tomó en cuenta algunos factores, ni siquiera los lugares donde estas presas serían construidas y el resultado fue, deforestación, y lo que se suponía duraría cincuenta años, pronto se convirtió en una colección de lodo.

En sus últimos días hizo una película que llamo’ “La Neblina de la Guerra,” en la que supuestamente hablaría sobre lo que hizo en su vida. Pero cuando uno compara la película con los fracasos del hombre, dice Mc Coy, uno concluye que este tenía una ceguera completa que no le permitía ver sus propios errores, los errores cometidos por el imperio como un poder global.

El hombre pensaba que estadísticas, manipulación, y masivas intervenciones militares, económicas y civiles en el mundo, podrían de alguna forma derrotar la ecuación humana.

Y esa es la tragedia humana de Robert Mc Namara.

Los lucrativos "errores" de Mc Namara

No obstante, sus empleadores no tenían muchas quejas, pues veían crecer sus ganancias.

La Compañía Ford hizo una fortuna con Mc Namara como empleado, y el Departamento de Estado aumentó su presupuesto anual de 48 mil millones de dolares en 1962 a 75 mil millones de dolares anuales en 1968, el último año que Mc Namara trabajó con ellos.

Esa fortuna no fue gastada en los soldados, pues ellos eran reclutados por la fuerza, entonces se destinó en el financiamiento de una gigantesca armada que se utilizó en asediar y bombardear al pueblo vietnamita.

En lo que va a las presas hidroeléctricas, financiadas por el Banco Mundial, las compañias constructoras europeas y estadounidenses, así como las élites del Tercer Mundo, hicieron cuantiosas ganancias.

Los países pobres terminaron con grandes deudas externas, y construcciones mal hechas, pues como se acostumbra en los proyectos del Banco Mundial, se hicieron con poca supervisión.

Un fiel servidor al imperio

El escritor Alfred Mc Coy describe a Robert Mc Namara como una persona íntegra, que nació en la pobreza, estudió en la universidad de Berkeley; fue un estudiante brillante que después se convirtió en profesor de la Universidad de Harvard.

Un hombre que no tenía dinero para pagar el tratamiento médico de poliomelitis para su esposa, y que subió hasta presidente de la Compañia automotriz Ford, en esencia, un servidor fiel a un imperio.

Mc Namara movilizó tres armadas aéreas y convirtió a Inglaterra en una plataforma gigantesca de lanzamiento de aviones de guerra, que dieron a muerte a cientos de miles de personas en Alemania y Japón, campañas que serán vistas en el futuro como, no solo como fracasos, sino como colosales y brutales fracasos.

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